
La sexualidad en la vejez es a menudo basada en estereotipos que no existen y también es asociada a un descontento o a disfunción sexual.
Los estereotipos que las personas mayores son físicamente sin encanto, indiferentes al sexo o incapaces de tener estimulaciones sexuales, son siempre ampliamente difundidos.
Estés estereotipos, unidos a la desinformación, conducen la gente a tener una actitud pesimista hacia la sexualidad durante la vejez.
Sin embargo, con una razonable salud personal y un amante disponible, la mayoría de las personas mayores siguen las relaciones sexual en su octava y novena década.
Esta afirmación se apoya sobre una investigación demostrando que un gran porcentaje de los individuos, no solo continúan la actividad sexual regular sino la edad de 65 años, más también están generalmente satisfechos del sexo y de su amante.
La mayoría de las personas mayores quieren y pueden apreciar una sexualidad activa y satisfaciente. Una actividad sexual regular ayuda mantener la habilidad sexual.
No obstante, con el tiempo, cada uno puede notar una disminución de respuesta a los estímulos sexuales. Esto fenómeno es relacionado al proceso normal de la vejez.
La sexualidad es propia del ser humano y no debería asumirse su abandono en la etapa de la vejez. El doctor Leopoldo Salvarezza expresa en su libro Psicogeriatría: "En los viejos la sexualidad no sólo es posible, sino que es necesaria. Posible porque si bien la fisiología nos muestra diferencias con los sujetos más jóvenes, la satisfacción psicológica que proviene del ejercicio de la función no se altera".
Los adultos mayores, por su parte, no se animan a manifestarse enamorados o excitados porque no encuentran un espacio donde poder hacerlo. Existe una fuerte imposibilidad de los jóvenes en aceptar la sexualidad de los padres, y más aún la de sus abuelos.
"Debemos acostumbrarnos a la idea de que la sexualidad existe incluso pasados los 65 años, pero todavía debemos recorrer un largo camino para poder ayudar a los viejos a expresarse abiertamente o a manejarse con sus sentimientos hacia ella", agrega Salvarezza.
La sexualidad cambia con los años, pero no por eso desaparece. Uno de los mitos más difundidos sobre la sexualidad en la ancianidad es que una vez extinguida la potencialidad de procreación también se diluye el interés sexual.
"La pasión y la sexualidad no envejecen y hasta pueden mejorar con los años. El deseo de vivir está inevitablemente ligado al deseo del otro", argumenta Enrique Rozitchner, médico psicoanalista especializado en vejez.
Una visión positiva de la sexualidad, donde se prioricen el amor, el placer, la ternura y la comunicación, tiene como consecuencia una vida sexual saludable a cualquier edad.
No todas las personas envejecen de la misma manera: hay quienes cada día proyectan nuevos emprendimientos y aún tienen sueños.
La vejez es una parte de la vida que debe vivirse con dignidad. El amor durante este tiempo es ese motor que cada día afirma ese deseo de seguir viviendo de los abrazos del otro.
http://www.virilplant.com/edad-sexualidad.htm
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